Leyendas

LAS IMÁGENES NUNCA VISTAS DEL EXORCISTA
LEYNADA URBANA – LA DONCELLA CIEGA (YO NO BUSCARÍA LA WEB)
RESACATANDO A UN SUICIDA (REAL)
LEYENDA URBANA – LA ÚLTIMA LLAMADA (AUDIO)



LEYENDA URBANA - DILE A MIS PADRES

LA BODEGA DEL CASTILLO
Una pareja consigue la concesión de un viejo castillo para que lo transformen en un hotel de lujo. Visitando sus dependencias descubren una bodega en la que hay varios barriles de licor. Al probar su sabor quedan fascinados…
Tras varios meses de papeleos y trámites interminables, una pareja consiguió que se les
adjudicara un pequeño castillo en una zona rural. Debían habilitarlo como parador turístico y por supuesto serían los encargados de su mantenimiento.
Era un negocio redondo porque el anterior dueño había fallecido hacia menos de un año y el castillo se encontraba en un excelente estado de conservación teniendo en cuenta que llevaba varios siglos en pie. Transformarlo en un hotel de lujo sería pan comido y el banco, tras evaluar los riesgos de la inversión, no dudó en concederles un crédito e incluso en insinuar algún tipo de asociación. Pero ellos se negaron, habían conseguido la concesión tras mucho esfuerzo, y por qué no decirlo, sobornando a un par de funcionarios a los que parecía que el sueldo no les llegaba a fin de mes.
Con la misma ilusión que un niño que abre sus regalos de navidad la pareja iba visitando todas las habitaciones, los salones y el subterráneo del castillo, un sistema canalizado bajo tierra que parecía incluso más grande que la parte visible. Tenían incluso una sala de torturas, un verdadero imán turístico que, si habilitaban de nuevo, podría servir como museo. Pero lo que más les llamó la atención era una enorme bodega llena de barriles de licor. Probablemente el vino, whisky y otras bebidas estuvieran dañadas por el paso de los años, pero la curiosidad les pudo y decidieron probarlos uno por uno. Para su sorpresa no solamente estaban en condiciones de ser bebidos sino que además parecía que los años habían mejorado su sabor: estaban deliciosos, y ellos lo aprovecharon celebrando su primera noche en el castillo con una gran borrachera.
Menos de un par de meses después el castillo inauguró sus puertas transformándose en uno de los paradores nacionales con más tradición de la zona. La gente venía de la capital a pasar un fin de semana y a sentirse como un señor feudal rodeado de lujo. Incluso la gente del pueblo solía visitarlo para beber el exquisito vino que allí servían. La fama del licor fue tal que incluso expertos en vino viajaban cientos de kilómetros para probar el delicioso elixir.
Muchas fueron las ofertar que recibieron por los barriles que tenían en sus bodegas pero ellos sabían que parte del éxito de su negocio era la fama que les otorgaba el ofrecer el mejor vino de mesa en toda la región.
Pasó el tiempo y uno de los barriles se vació, por lo que decidieron moverlo para llenarlo de nuevo y esperar unos cuantos años antes de servirlo otra vez. Pero al tratar de desplazarlo se dieron cuenta de que seguía pesando demasiado, sin duda el tamaño del colosal barril de roble no era un peso fácil de manejar, pero éste era incluso demasiado pesado,  de modo que optaron por abrirlo en la misma bodega. Lo que encontraron en su interior les dejó helados…
Dentro del barril, encorvado y en posición fetal se encontraba un cadáver de pequeño tamaño…
¡¡¡Era un niño!!!
Su cuerpo se había disuelto casi totalmente por el efecto del alcohol y era poco más que huesos, uñas y pelo. Pero el cuerpo era claramente el de un niño de no más de siete años.
Ahora todo cobraba sentido, el excelente estado de la sala de torturas, la curiosa manía del anterior propietario por no relacionarse con el resto del pueblo, las desapariciones de niños que durante años habían ocurrido en la zona.
Al llegar la Policía se descubrió lo que más temían: dentro de los otros barriles estaban los cuerpos de otros pequeños y pequeñas que no debían tener más de diez años.
Sin saberlo habían estado bebiendo un licor que contenía la esencia de los pequeños que se descomponían en el interior de cada uno de los barriles.
NOTA: Aunque parezca increíble en muchos países se usan los cadáveres de animales para dar sabor al licor, el caso más conocido es el del gusano del tequila pero existen otros más extremos como en los licores que se sirven en Vietnam, en su interior pueden encontrarse animales como escorpiones, lagartos e incluso cobras. Aquí os dejo una inquietante galería fotográfica: Licores de Vietnam


NO TE BURLES DE LOS TRES HERMANOS ESPIRITUS
Esto me pasó hace unos años.

Ese día mi amiga me pregunto para ir a su casa a dormir yo le dije que si pero que no quería dormir en el cuarto donde estaban esas tres estatuas que eran hermanos.
Ella me estaba contando que ellos se comían lo que le dejaban ytodo eso pero yo dije que no le creía y que ellos eran falsos. Me dijo que me callara y fue a tomar un poco de agua. Cuando se fue me giré hacia las estatuas y les dije "ustedes no son reales no pueden hacer nada son falsos me voy a burlar y a reir de ustedes y no me van a hacer nada porque no pueden.
Mi amiga me habia oido y dijo "ay dios quedate en mi casa, otra vez estas en grave peligro".
Yo me asuste pero me reí. Esa noche sentí que algo me tocaba y me desperté y fuí a la cocina, de repente alguien atrás de mi me miró y me dijo "¿no crees en nosotros? muy mal, te vamos a molestar por 3 meses y ten cuidado, uno de notros esta loco tratará de matarte el último dia".
Por todos esos meses me molestaron con pesadillas dolores hasta me enfermé. El último día no me habían hecho nada pero en la media noche sentí algo en mi cuello y era uno de ellos que me estaba tratando de matar tenía la sonrisa de un payaso y los ojos en blanco y riendose a carcajadas. Me asusté mucho pero derepente vi una luz que no se que hizo pero el espiritu se fue.
Desde ese día respeté mucho a los espiritus pero aún no se que fue lo que me salvó.
Espero averiguarlo y lo haré.


¿Habra sido un angel??
(LA CASA DEL TERROR.COM)



El perro atragantado (leyenda urbana)
Una familia regresa a su casa tras un día de compras, al entrar por la puerta se sorprenden de que su fiel perro no se acerque a saludarles como habitualmente. El marido comprueba que hay restos de sangre en el suelo que llevan desde la entrada del jardín hasta la habitación principal. Allí, se encuentra al perro mostrando un extraño comportamiento

mientras rasca la puerta del armario. El reguero de sangre llega hasta su boca y el animal no deja de toser como si estuviera atragantado. El hombre viendo el lamentable aspecto de su perro, que gotea sangre por la boca mientras no deja de toser y luchar por respirar, se teme lo peor.  Por lo que le pide a su mujer que se quede con el niño mientras él lleva a su mascota al veterinario más cercano. No sería la primera vez que un perro era envenenado en el barrio por algún desaprensivo al que le molestan los ladridos o simplemente desea hacer daño. Por supuesto el  drama familiar es impresionante, la mujer estalla en lágrimas mientras trata de tapar los ojos a su hijo para que no vea al perro sangrando y el niño gritando para saber que le pasaba a su inseparable amigo. Ambos se quedan desconsolados mientras el hombre lleva al perro en brazos hasta el coche familiar. Al llegar al veterinario es inmediatamente atendido en la sala de urgencias, donde se comprueba que el perro tiene un corte muy profundo en el hocico. El corte es muy limpio, como hecho con un cuchillo. Pero eso no es lo que más le preocupa al veterinario, el animal parece extenuado y a punto de ahogarse ya que le resulta casi imposible respirar, por lo que deciden sedarlo con la intención de buscar el objeto que parece impedirle tomar aire. Finalmente el veterinario empieza a sacar un objeto sanguinolento que inicialmente no es capaz de distinguir, al extraerlo completamente se dan cuenta de que es un dedo humano que parece haber sido arrancado de un mordisco por el animal. El hombre palideció al comprender porque su perro no se despegaba de la puerta del armario y porque el reguero de sangre llegaba hasta allí. ¡Había alguien dentro del armario cuando ellos llegaron! Mientras ellos salieron a comprar alguien había entrado en su casa con intención de robar, pero el perro lo atacó y tuvo que refugiarse en el armario para evitarle. El animal le había mordido en la mano y él le había clavado un cuchillo en el morro dándole el tiempo justo para escapar.Inmediatamente llamó a su mujer para avisarla de que tenía que salir inmediatamente de esa casa. Pero no contestaba el teléfono. Preocupado por su familia regresó tan rápido como pudo mientras llamaba a la policía conduciendo a toda velocidad. Al llegar allí se encontró lo que más temía…En su ausencia, el ladrón aprovechó para salir del armario y enfadado por la herida que le había infligido el perro de la familia se vengó degollando a su mujer y su hijo antes de escapar.

LA PICADURA DE ARAÑA (LEYENDA URBANA)

Una mujer regresa de un viaje a un país tropical con una molesta picadura de un bicho en el cuello. Con los días la zona empieza a empeorar y decide acudir al médico quien decide realizar una incisión en la zona para liberar el pus…

Andrea y Juan disfrutaban de una maravillosa luna de miel en las paradisiacas playas de Vietnam. Estaban alojados en un complejo turístico de lo más exclusivo: con playas de arena blanca, aguas cristalinas y a pocos metros de la jungla. Era uno de los pocos lujos que se habían podido permitir al celebrar su boda pues en estos tiempos de crisis, más que nunca, había que tratar de ahorrar o los gastos de la boda se podían disparar. Pero los padres de ella habían insistido y asumido más de la mitad del precio del viaje, por lo que Juan y Andrea se aventuraron a cumplir su sueño de viajar a Asia y disfrutar de las que serían las mejores vacaciones de su vida.
Los días transcurrían a toda 
velocidad, como suele suceder siempre que uno se divierte, y no podían haber imaginado un destino mejor, vivían a cuerpo de rey sin tener que pagar nada. La “pulserita” que habían contratado con el pack de alojamiento les daba derecho a comer, beber y entrar en todos las discotecas totalmente gratis. Era un sueño hecho realidad del que dentro de poco tendrían que despertar para volver a su monótona rutina de trabajo en la ciudad.

Cuando quedaban sólo dos días para tener que regresar, se hicieron amigos de un guía local que les prometió llevarles a una cascada que pocos turistas llegaban a conocer. El viaje no era muy largo pero debían adentrarse en la jungla a pie, una caminata de unos veinte minutos cruzando la frondosa selva. La mañana siguiente salieron junto al guía que con un machete en la mano iba abriendo camino entre lianas, hojas del tamaño de un paraguas y la vegetación más exótica y espectacular que los recién casados habían visto nunca.

Pero no todo era idílico, los mosquitos eran realmente insistentes e incluso con el cuerpo “bañado” en repelente siempre había alguno lo suficientemente voraz como para atreverse a picarles. El guía les ofreció un ungüento local que a todas luces fue mucho más efectivo que el repelente que habían comprado en la farmacia, olía a rayos pero ni un solo insecto les molestó desde que lo usaron.

Al llegar a la cascada Andrea y Juan se quedaron con la boca abierta por la belleza del lugar, una pequeña laguna con el agua más limpia que habían visto era adornada por una caída de agua de unos cuatro metros de altura. El canto de los pájaros, la selva rodeándoles en todas direcciones y un cielo con el azul más intenso que podían imaginar… era lo más parecido al paraíso que habían conocido.

El guía les dijo que regresaría en un par de horas, les aconsejó que no se alejaran del lugar, pues la selva podía ser muy peligrosa y era muy fácil perderse. No quería molestarles en su último día, mucho menos cuando estaban recién casados y, la verdad, es que ellos también preferían estar solos. Situaron sus toallas y bolsas al lado de la laguna y comenzaron a juguetear en el agua, nadaban, se reían y se besaban sabiendo que probablemente sería la última vez que estuvieran en un lugar como ese.

Media hora después, cansados de tanto juego decidieron comer y descansar sobre la toalla y, casi sin darse cuenta, Andrea se quedó medio dormida, pero un fuerte pinchazo en el cuello la despertó de su sueño… De un manotazo apartó un bicho negro que rápidamente se metió entre la vegetación sin que la mujer tuviera tiempo de ver qué era.

Juan le examinó el cuello y vio una pequeña marca que había enrojecido la zona. Extendió nuevamente el ungüento que les había dado su guía sobre el cuerpo de su mujer y pensó que había sido un descuido no volverse a proteger de los insectos después de bañarse. No le dieron más importancia al tema porque la picadura no molestaba demasiado y en pocos minutos llegó el guía a recogerles. Les enseñó un par de lugares más por las inmediaciones y les acompañó al hotel donde por desgracia tuvieron que comenzar a preparar las maletas.

Al día siguiente y con mucha tristeza tuvieron que embarcarse de nuevo a casa, un viaje en avión tan largo y pesado que a mitad del vuelo ya se habían acabado de leer las revistas que habían comprado. Por suerte consiguieron dormir unas cuantas horas y el tiempo pasó un poco más rápido.

En el aeropuerto esperaban las familias de ambos y todos fueron a comer a la casa de los recién casados, donde entre risas y bromas contaban las anécdotas que les habían sucedido y enseñaban fotos y vídeos de su luna de miel.

Andrea sentía un leve picor en el lugar de la picadura, pero no fue hasta una semana después que comenzó a hincharse y se puso de un rojo casi carmesí. El picor se había convertido en dolor y casi no podía ni tocar la zona, sentía fuertes punzadas cuando la trataba de apretar.

Sin dudarlo Juan llevó a su mujer al médico, quien les dijo que parecía que Andrea tenía una fuerte infección en la zona. Avisó a una enfermera para que le trajera su material quirúrgico y les explicó que sería preciso practicar una incisión para dejar que brotara el pus y por supuesto comenzar con curas en la zona, además debería tomar un antibiótico al menos durante siete días.

Andrea era muy miedosa y la idea de que la cortara en el cuello con un bisturí le daba auténtico pavor, pero una frase del médico la paralizó de inmediato: “si no te estás quieta, corres el riesgo de que te corte en la yugular”. Inmóvil por el miedo, sintió como el doctor comenzaba a abrir la zona. Pero algo imprevisto sucedió… el doctor pegó un salto hacia atrás al realizar el corte y en sus ojos se pudo ver auténtico terror.

Andrea sentía como la sangre se deslizaba por su cuello, pero había algo más, podía notar algo que parecía subirle hacia la boca ¿Cómo era posible que la sangre subiera y se extendiera por todo su cuello y hacia su nuca? ¿Por qué el médico se mantenía a distancia?

Segundos después la enfermera entró de nuevo en la sala, había salido a petición del doctor para traer más gasas, al mirar el cuello de Andrea comenzó a gritar desesperada y salió de la habitación pegando un fuerte portazo

En un movimiento reflejo se llevó la mano al cuello y pudo notar como lo que ella pensaba que era sangre le comenzaba a trepar sobre sus dedos. Al mirar su mano se bloqueó del miedo antes de desmayarse del susto ¡Decenas de pequeñas arañas manchadas de sangre y pus se movían desesperadas entre sus dedos y muchas más trataban de escapar por el agujero recién abierto en su cuello!


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